jueves, 12 de junio de 2008

Razones tengo pero no me acuerdo. 21 días y comieron regalices.

Pues eso, que ayer no pude evitar la tentación de comprarme una caja de regalices para tener esa sensación de sabor fuerte en la boca, que estaba empezando a echar de menos y con la que me entraba una auténtica morriña de tabaco. Así que de vez en cuando me meto un regaliz y aspiro aire por la boca. Una sensación sucedánea a la de fumar. Las "gulas" del exfumador. Aún y todo prefiero hacer el tonto aspirando aromas de regaliz que hacer el suicida volviendo a fumar.

Todo lo necesario para llegar al día 22 de junio y hacer un mes de abstinencia total y absoluta.

Por lo demás, el quitómetro sigue su cuenta: "No fumo desde hace 2 semanas, 6 días y 1 hora. En este tiempo he dejado de fumar 521,09 cigarrillos y me he ahorrado 65,14 Euros".

Llevo ya más de una semana en la que me doy cuenta de que no echo en falta al tabaco tanto como pensaba que lo echaría en falta antes de empezar a dejarlo. He de reconocer, sin embargo, que me entran ataques de 5 minutos en los que si tuviera un cigarrillo y un mechero al alcance de mi mano me lo fumaría. Sin más, sin dilemas, sin remordimientos. Son momentos en los que las razones por las que dejo de fumar parecen haber sido borradas, no estar por ninguna parte. Parece como si no hubiera tenido nunca razones para dejar de fumar. No sirven para nada. Incluso tengo una lista con las mismas, y no la miro desde que la metí en la cartera.

El consejo de llevar la lista con razones por las que dejas de fumar, será bueno como refuerzo en tiempos normales, pero es muy malo como tabla de salvación en tiempos tormentosos.

Viendo los logros que están por venir según el Quitómetro, me doy cuenta de que al final estaba fumando más de un cigarrillo por hora. Esta media teniendo en cuenta las 24 horas del día... ¡Una barbaridad! Y me he dado cuenta que tal vez tenía mi dependencia descontrolada, como una diligencia con los caballos que tiran de ella en estampida. A toda velocidad hacia delante sin ningún control. Tal vez el inconsciente dijo esta vez: "Soooooo, para!"

Ya os contaré cómo ha acabado lo de los regalices...

P.S. Una última cosa, por si a alguien le puede ser de utilidad.
No sé si os habréis fijado, pero respecto a los fumadores de muchos cigarrillos al día con los que os cruzáis ¿no os habéis fijado a veces como que son más parcos en palabras, les cuesta más mostrar emociones, o parecen más lentos pensando que los no fumadores, o tienen un tono de voz característico?
Lo digo porque estoy notando estos días que mi estado de ánimo es más nervioso que cuando me jincaba un paquete largo de luqui. Aunque yo sé que ese plus de nerviosismo es natural a mi, hay gente que puede decir: para estar siempre tan nervioso vuelvo a fumar...
¡ERROR! No caigas en ese razonamiento, aceptar que sois más nerviosos al natural que con nicotina. No es un síntoma del sindrome de abstinencia, es un síntoma de que sois vosotr@s mism@s.

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