sábado, 30 de enero de 2010

Canon SGAE

Uno de los máximos principios que existen en el marco que nos sostiene como sociedad es que todos debemos ser iguales ante la ley. Este principio hace que podamos convivir presuponiendo que todos estamos medidos por el mismo rasero y nos hace vivir más sosegados.

Estamos de acuerdo en la igualdad ante la ley de todos nosotros, pero tenemos que serlo en la presunción de inocencia. "Todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario".

Sin embargo, desde hace unos años se ha instaurado de manera lenta y machacona la presunción de "culpabilidad absoluta" de la población en general. Indirectamente, la primera derivada de esto es que no nos fíamos de nosotros mismos como sociedad. (¡Qué pena!) Somos una sociedad tan desorientada y egoísta que no nos fiamos ni de nuestra familia.

Esta presunción de culpabilidad total va asociada a cualquier soporte que permita almacenar información. Información, no solo cultura. Y lo cobran solo unos pocos productores de esa información, usemos o no sus obras.

Y si pagamos por hacer un uso nuevo de sus obras, ¿por qué sigue siendo ilegal hacerlo? Se ha dotado a una parte de la sociedad con unos derechos desproporcionados, sí, desproporcionados y por lo tanto injustos y cuando los demás nos quejamos a ellos les escuece.

El CANON es injusto. Una tarrina de 50 DVD no puede valor 30 euros, 22 de canon y 8 euros de valor como ha aparecido en la televisión. Basta ya.