“Si quieres estar sano observa esta norma: No comas sin ganas y cena ligeramente, mastica bien y lo que comas que esté bien cocido y en forma sencilla, sé sobrio con el vino, tómalo frecuentemente en pequeña cantidad, pero no fuera de las comidas ni con el estómago vacío. No retrases el ir al retrete y si haces ejercicio que sea moderado. No te acuestes boca abajo ni con la cabeza baja y tápate bien de noche. Descansa la cabeza y mantén tu espíritu alegre. Huye de la lujuria y guarda la dieta”.
Es impresionante ver la cantidad de lo que consideramos verdades "científicas" eran ya consejos que se daban en el Renacimiento. Una lanza a favor de la sabiduría "popular".
Pasan los tiempos pero ciertas cosas no cambian. Estas leyes que no cambian y los monumentos que permanecen son las autopistas que nos conectan con el pasado, con la Historia.
ACTUALIZACIÓN: Releyendo la entrada me he dado cuenta de "¿y el tabaco?¿no decían nada del tabaco?" La respuesta más lógica que le veo es que no. No, porque por aquella época recién se había o se estaba a punto de descubrir el continente americano por parte de los europeos y fue el intercambio comercial con América el que introdujo el tabaco y sus devastadores efectos en Europa.
El haber tardado tanto tiempo en darme cuenta que no decía nada del tabaco, creo que es un síntoma de superación (leí el fragmento hace ya unos días y quería compartirlo porque hay algunas cosas que cumplo y otras que debería).
Esto de fumar esta ya casi superado.
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